Una canción de los años 60 decía: «Tres cosas hay en la vida; salud, dinero y amor…»
A estas alturas creo que sobra decir que el dinero sería la menos importante. O al menos eso creo yo. Y viene siendo evidente, que la salud es la más importante.
Pero… Tu, en tu día a día; qué haces para favorecer tu salud?
Respiras de forma consciente? Inspirando siempre por la nariz, llevando el oxígeno hasta la parte baja del vientre y expirando hasta el último halo de aire que queda dentro de tí?
Duermes las horas necesarias respetando los ciclos horarios biológicos? (Consiste básicamente en dormir cuando no hay luz natural)
Te alimentas, nutres e hidratas de forma real? (Sin tóxicos, evitando grasas trans y productos procesados…)
Haces ejercicio de 3 a 4 veces a la semana para ayudar a oxigenar tu tejido orgánico y muscular?
Sí a todo? Genial. Y qué pasa con la parte emocional?
A principios del siglo XX un reconocido cirujano, médico y bacteriólogo, se dió cuenta, ya en sus primeras experiencias con enfermos; que era más importante la observación del paciente que el estudio teórico de las enfermedades, dado que el mismo tratamiento actuaba de diferente manera en uno u otro paciente. También pudo comprobar que pacientes con el mismo temperamento o personalidad respondían de la misma manera ante el mismo tratamiento, mientras personas de diferente temperamento reaccionaban de diferente manera aunque padecieran la misma enfermedad. Así llego al conocimiento de que los sentimientos, emociones, etc. del paciente eran más importantes que el nombre científico de la enfermedad que padecían.
Desde luego, no hay que ser médico, ni cirujano, ni nada por estilo para constatar que si a uno le invaden emociones negativas y cae enfermo, éste es más susceptible de mejorar de forma más lenta, que alguien que tenga motivos o motivación suficiente para salir de ese estado de enfermedad.
El propulsor de la terapia racional emotiva conductual (la conocida como psicología cognitiva), Albert Ellis ha sido en los últimos años de gran ayuda para la re-educación del pensamiento.
La PNL (programación neurolingüistica) también se ocupa de reeducar nuestro pensamiento y comportamiento de forma que atendamos a nuestras emociones con mayor conciencia.
Y sin embargo; creo que es evidente que la mayoría de los occidentales que vamos a toda pastilla para llegar a tiempo a llevar a los niños al cole, al trabajo o a una cita; que pensamos más en el mañana que en el hoy, y si me apuras; que se quedan anclados en el pasado… NO SABEMOS CUIDARNOS SOLOS y en su defecto, no sabemos ni cómo, ni dónde nos pueden ayudar a aprender a hacerlo. E incluso, ni siquiera nos han educado para pedir ayuda. Porque eso, es de débiles. Y el mundo occidental plagado por el exacerbante consumismo y competitivo capitalismo, no podemos ser la liebre. Todos queremos ser el lobo. Pero los lobos también enferman, caen heridos, sangran y mueren.